Mientras acabo de preparar las fotos para el tutorial prometido, os dejo con una variante de lo que mañana os enseñaré cómo se hace: un pongotodo reciclado.
Si afináis la vista os daréis cuenta que esta especie de estuche está formado por la base de dos botellas y una cremallera, ¡nada que no hayáis visto antes en Tótum Revolútum!
Las botellas tienen su historia y sus kilómetros recorridos. En un viaje a Roma, hace ya unos años, compramos refrescos para acompañar los bocadillos de la comida. Las botellas eran de color naranja y me dió por guardarlas pensando en utilizarlas en alguna manualidad. Y como cuatro botellas ocupaban demasiado espacio, pues a cortarlas con lo único que teníamos en el hotel: las llaves de la habitación... ¡quién pasara el escáner a la maleta en el aeropuerto seguro que no entendía nada!
No hay comentarios:
Publicar un comentario